viernes, 3 de mayo de 2013

MUESTRA DE POESÍA INDÍGENA VENEZOLANA



MUESTRA DE POESÍS INDÍGENA VENEZOLANA

En:http://letrasllaneras.blogspot.com/2012/10/muestras-de-poesia-indigena-en-venezuela.html

Poesía Wayuu

LA MUERTE GUAJIRA

A cada uno de nosotros está unida un alma.
Ella es como un pedazo pequeño de algodón blanco,
como el humo.
Pero nadie la puede ver.

Nuestra alma nos sigue a todas partes,
como nuestra sombra.
-Algunos dicen que la sombra es la forma del alma,
y el alma le dan el nombre de la sombra-.

Nuestra alma no nos deja sino durante el sueño,
o cuando estamos enfermos,
o cuando hemos sido flechados por un wanülü.

Todo lo que ocurre en nuestros sueños
es lo que ocurre en nuestra alma.
Si un guajiro sueña que está afuera,
cerca de un pozo, en una casa…
o si ve pájaros,
ello quiere decir que su alma ha salido de su corazón,
naa ^in wayuu ajuittüsü zulú naaìn,
pasando por su boca,
para volar allá.
Pero su corazón sigue trabajando.

Sin embargo es nuestra alma la que nos hace morir.
El hombre que sueña que se muere no despierta más.
Su alma lo ha dejado para siempre.
Está todavía vivo,
aquel que sueña que le han enterrado un puñal en el pecho.

Pero su alma ya está muy herida.
La enfermedad está allí.
La muerte está cercana.

Cuando un guajiro se enferma,
su alma está como prisionera,
allí donde se encuentra el Sueño.
Es ahí entonces que el espíritu del chamán
puede encontrarla y devolvérsela al enfermo.
Pero si no la encuentra,
si está escondida,
si ella ha entrado en algún lugar,
el guajiro muere.
Su alma ha atravesado el camino,
el camino de los indios muertos:
spüna wayuu ouktüsü,
la Vía Láctea.



Poesía Timoto-Cuica

CANTO GUERRERO DE LOS TIMOTES

Corre veloz el viento; corre veloz el agua;
corre veloz la piedra que cae de la montaña.
Corred guerreros, volad contra el enemigo;
Corred veloces
como el viento
como el agua
como la piedra que corre de la montaña.


Fuerte es el árbol que resiste al viento
fuerte es la roca que resiste al río;
fuerte es la nieve de nuestros páramos que resiste al sol.
Pelead, guerreros, pelead, valientes: mostraros fuertes
como los árboles,
como las rocas,
como las nieves de las montañas.


CANTO GUERRERO DE LOS CUICAS

Madre Chía de la montaña
alumbra mi choza
con tu pálida luz.


Padre Ches
que resplandeces
no ilumines el camino
al invasor


Madre Icaque:
libera tus condores
desata el ventarrón
y manda tus jaguares


afila los colmillos
de las mapanares
y haz que los blancos mueran
con dolor


Madre Icaque de Quibao;
Padre Che y Madre Chía,
Inflamen mi pecho
con la llama del rencor

arrojen el calcinante fuego
el agua que todo lo destruye
y de las nubes los rayos
y de las montañas el trueno


Padre Ches:
haz que mis trojas rebosen
de granos
con la fuerte chicha
llena mis ollas y mi pecho con valor


a mi mujer que cría
dale pechos
que manen ríos
de leche blanca


Padre Ches
dame una aguda flecha
que al invasor fulmine
templa mi brazo
que sin temor dispare
yo soy tu hijo, Ches
mi Señor
yo soy tu esclavo


Chía mi señora
dame la chicha de tu valor inmenso
dame a comer en carne
el odio al invasor.




Poesía Warao

YA NO SERÉ MÁS WARAO

Ya no seré más warao
me he convertido en lechuza
vivo en el monte solitario
en el monte solitario
vivo yo el “Joinarotu”
el solitario morador de la montaña
inhabitada


estoy viejo
y aunque viejo
siendo un indio waika
aquí vivo transformado en lechuza…

yo el “Joinarotu”
volveré a ser warao
ahora que ustedes
me librarán del hechizo


yo el “Joinarotu”
habitante del monte solitario
nuevamente seré warao
ahora que ustedes
me devuelvan mi forma de warao


Yo yo el “Joinarotu”
soy un indio warao
que en el monte inhabitado vivo
y ustedes me devolverán mi forma guaraúna
soy un indio warao yo el “Joinarotu”


Ustedes ustedes
ahora han hecho que vuelva
a ser un warao.



EL PAÍS DE LOS ZAMUROS

Las casas de los zamuros están sobre las nubes
Esa nube blanca al lado de la montaña
Los zamuros no son aves son waraos
y en sus casas abunda la comida: mapuey,
yuca, caña dulce y ocumo
Toman cachiri de yuca fermentada
Beben y se emborrachan como los waraos
Volando los zamuros bajan a la tierra
Son blancos jefes y negros peones de trabajo
cazadores cocineros
Todos obedecen a un blanco zamuro
Bicéfalo parecido a los demás
Los zamuros blancos mandan a los negros a buscar carne.
Entonces son aves que bajan a cazar
Al encontrar la carne la devoran
y en su buche la remontan a su pueblo
y entregan en vómitos al zamuro bicéfalo
la pieza de su cacería.

Los waraos crearon el país de los zamuros.




Poesía Piaroa

LA LLUVIA RESBALA

La lluvia resbala
sobre la choza
las canoas flotan
sobre los campos de yuca.


En la sombra
el fuego de Vehemica
es un pequeño sol.

Los muchachos se calientan
mientras asan el pescado
entre las brasas.


Vehemica, el sabio dice:
“En un tiempo,
toda la sabana era río,
y era agua todo el cielo,
los piaroa huyeron a la montaña:


La canoa se rompió entre las ramas del cerro,
y la tierra fue el único alimento
durante diecinueve lunas”


La voz de Vehemica,
en la oscuridad de la choza
era como una hoja
aplastada sobre la palma de la mano.



Un día

la luna se detendrá en el cielo
se secarán las flores
y, en la selva,
solo crecerán las piedras.


Entonces, después de aplastar el bohío
y toda la gente Piaroa
solo existirá la gran Piedra Negra.


PARA EL HOMBRE QUE ESPERA

Para el hombre que espera
es la luna;
el sol para la canoa
que remonta el río;
y para los hombres todos de la selva
es el agua.
Pero la mariposa roja
es para Merica.
Merica es la niña que amo.
Merica, que recoge la yuca,
y tuesta las tortas de casabe.
Merica es luna, sol, agua, mariposa.


SI TÚ ME MIRAS

Si tú me miras
soy una mariposa roja.
Si me hablas,
soy el perro que escucha.
Si me amas,
soy la flor que se entibia
en tus cabellos.
Si me rechazas,
soy una canoa vacía,
arrastrada por los ríos
y que las piedras destrozan.



Poesía Pemón

AQUÍ EN LA SABANA

AQUÍ EN LA SABANA
vivimos los indios
con el pie en el suelo
y la cara al sol.


Tenemos armas
el arco y la flecha
con la cerbatana
y el curare atroz.


Pueblan nuestros montes
el jaguar y el danto
que nunca faltó.


Gran sabana
la de malocas redondas
del kumache y Kachiri.


Patria amada
no hay más lecho como el chinchorro
ni sabor como el del ají (…).


¡YAE…!

Yo extirparé la BAJANA
Yo sé bien lo que adentro hay,
y la bajana la extirpé.
Tú a mi sobrino chiquito,
Oh, jebú, lo has invadido.
Oh, jebu, si está,
dímelo
y dime el nombre de tu padre
Si lo que hay es joa, dímelo:
y dime el nombre de su padre
Y si lo que hay es bajana,
dímelo, dime
el nombre de su padre
para yo poder devolverle la
salud.



Poesía Pemón-Tareupan

CANCIÓN AMATORIA

Oye el canto de la paloma,
Yo, paloma torcaz
Estoy, llorando.


De la joven Tunaima
me fui detrás;
vuelvo a su seno.


Para darte el niño
ofrecido, pero
vamos a honrarlo.


A tus aceites
A tus pinturas
Yo paloma torcaz
Estoy llorando.


A la luz tuya
Yo, paloma torcaz
Estoy llorando.



CANCIÓN DEL ARRENDAJO

Arrendajo hizo su nido
el conoto hizo su nido
Le cortaron la rama
fue ratón.




Poesía Yanomami

EL PUEBLO DE LOS COLIBRÍES CANÍBALES

Era el pueblo de los colibríes. Se pasaba en la montaña de la “mujer que tienen sus reglas”. Los humanos se precipitaron por esos lugares para cosechar miel. Los viejos le aconsejaron:
“¡No vayan allá! Serán comidos por los colibríes: un pueblo caníbal está reunido allí”.
Acababan de pronunciar esas palabras y estaban comiendo miel cuando se escuchó un aleteo. En un instante los colibríes se abalanzaron sobre sus cráneos y aspiraron su cerebro. Luego se fueron.
Allí se reúne el pueblo de los colibríes. Allá comieron los humanos.

(Canto colectivo)
Los humanos fueron comidos por los colibríes caníbales que les atravesaron el cráneo, hacia el cielo van sus huellas donde habitualmente me pierdo.

He aquí que buscan de nuevo apoderarse del alma de los niños y vengar así la muerte de mi hijo.


COMIDOS POR AVISPAS CARNÍVORAS

Cerca de la cascada yawaramabiwei había avispas. Niños bullían cerca del lugar. Un nido colgada en lo alto de una piedra y se balanceaba. Los insectos zumbaban y batían sus alas en el aire. Del nido goteaba una sustancia líquida rojiza. Uno de los niños dijo: “Hermanito, hay un nido de avispas que cuelga. Vamos a quemarlo”.
Iban a ser atacados cuando volvieran al bohío.
Tomaron tizones. “vamos a quemar las avispas cuyo nido está en la cascada.
-¡Son avispas peligrosas, son demonios caníbales!
¡Van a ser comidos!
Los niños no escucharon los consejos de prudencia. Se fueron. Amarraron una brazada de hojas secas a un palo para quemarlas. Los insectos apagaron el fuego y se abalanzaron sobre los niños quienes, pensando escapar, se tiraron al agua. Las avispas le persiguieron el el río y pronto no había más que esqueletos muy limpios. Cuando salieron del agua, las avispas cse dirigieron al bohío donde devoraron todos los que encontraron en él.


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